Me duele el corazón. Últimamente lo tengo trabajando a marchas forzadas, se esmera en conseguir mi felicidad, su felicidad, pero no para de trabajar 24 horas al día y sin beneficios. No es culpa mía, yo intento que no trabaje tan duro y sin finalidad, que disfrute de la vida, que disfrute de los momentos que intento darle... pero no es suficiente. Intento regalarle momentos de felicidad, pero son tan efímeros que no los llega a saborear. Intento mostrarle la alegría de vivir, pero se esfuman los momentos junto al viento. Intento no herirle, pero constantemente se sumerge en mares de llantos. Está frío, seco, sin vida...
Pequeño corazón de cristal, creo que es momento de dejarlo todo atrás. Déjate arder, te soltaré. Déjate amar, lo consentiré. Deja de sufrir, abre el grifo y deja brotar el agua que almacenas. Vive y hazme feliz. Sé y hazme ser. Hoy es un día nuevo corazón, hoy es el día en el que empezamos a vivir.
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