viernes, 17 de junio de 2011
El dulce placer de la divina tentación
Sólo pretendía sentir la libertad de la libre insinuación. El divertimento de una chica que conoce sus cualidades, sus fuertes, su sensualidad y sus dotes de mujer; y a la vez conoce la debilidad y la tentación humana. El dulce placer de la divina tentación. La felicidad momentánea en una simple caricia, o el aliento en el cuello junto al roce de un beso esquivo. La presión de la unión de manos desconocidas. El ritmo acelerado en la respiración. Un primer beso.
Un segundo beso que acompaña una mano perdida por un cuerpo de mujer, se pierde. Otra caricia, otro roce. Calor. Presión. El corazón espera acelerado. El vestido cae por su propio peso...
Tan inevitablemente inevitable tentación. Dulce placer. Dulce travesura revestida con ropajes de cariño. Amor a la tentación. Amor de mí. Amor para ti.
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